domingo, 6 de septiembre de 2009

151

como una montaña de corazones congelados
fui saltando las desilusiones que se me cruzaban

no pude quererte
no quise quererte
no me animé a quererte

y todo siguió su curso normal
como cuando el tren pasa
revoluciona todo
y después: silencio,
una oscuridad absurda que cubre de a poco los espíritus


me aburren tantas nimiedades
yo nunca quise ser superficial
pero me invadió un pánico insensato
y me convertí en esto que soy,
un alma nómade e inestable que solo proyecta
desoír las verdades punzantes que no cualquiera puede decir

·

3 comentarios:

Julieta dijo...

yo tb tengo una rayuela :)

Sofía dijo...

yupii
conozco otra piba más con una
ya somos tres en el mundo =)

Anónimo dijo...

sofi, me gusta todo lo que escribís,
hoy me gusta éste en particular
un abrazooo
iñaki