martes, 21 de mayo de 2013

lejanía



empujar el odio ajeno como quien patea una ola.
violencia que rodea pero no toca, que acecha pero no muerde.
espuma de asco lamiendo mis pies. desde arriba mi mundo,
mis ojos como ventanas al alba descubriendo esas nubecitas rosas que aparecen al fondo, allá en el horizonte, esa línea oscura. lejana. misteriosa.
el odio que se va con la misma fuerza del mar, se va sin tocarme.

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