martes, 8 de junio de 2010

228

Días en los que comprendo
Que hablar no es solo hablar
Que también
Es abandonar el silencio

Empiezo a sentir cómo pesan mis ojeras
Ojeras en los brazos
En los codos
En la piel
Ojeras por todo el cuerpo

Empiezo a escuchar
Los gritos de ese cuerpo
Silenciado por tanto tanto tiempo

Cuerpo Ajeno
Cuerpo Espanto
Cuerpo Náusea
Cuerpo Visible, al fin

Y las pasiones
Las ojeras
El silencio
El cuerpo
El grito

La vida que sigue
Y el vértigo por seguir
Vibrando con ella
·

2 comentarios:

Iñaki dijo...

Estimada,
agradecerle quiero por su comentario sobre mi escrito viejo.
Y decirle que me llenó de alegría verla en el congreso aquel día, allí parada, entreverada con la voz de la grossa Daunes, las banderas, los carteles. Se me alegró el día, y me alegro al recordarlo; así queda en mi memoria. Gracias!

Sofía dijo...

¡Me alegró tanto, también!
Deberíamos juntarnos a charlar en algún momento, tantas cosas por compartir.
Un abrazo Iña, y gracias a vos por estar también ese día =)