asesino los hábitos y las costumbres
asesino todo lo que se me imponga como ley sin dejarme decidir
entre tantas acciones involuntarias rodeándome
me ví mirándote con tanto pero tanto amor
que yo misma me repugné
quise arrancarme los ojos con las manos
pero no fue necesario
te encargaste de ayudarme
apuñalaste mis sentidos
suicidaste cualquier tacto
y ahora puedo agradecerte:
me volví la mujer más insensible del mundo
·
2 comentarios:
Hola!
muchas gracias por pasarte por mi Café. (existe, sabías?)
Tienes un rincón interesante, éste poema (comparto lo que piensas en él) me ha gustado especialmente.
Un saludo, y bienvenida siempre :)
Uy, café cinema existe!
Me encantó .. veré si lo busco por ahí.
=)
Publicar un comentario